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Tipos de pararrayos y el legado de Benjamin Franklin

En PSR Pararrayos os vamos a explicar hoy todos tipos de pararrayos que instalamos en nuestra empresa. Son tres modelos y todos cuentan con e todas las medidas de seguridad y cumplen todas las normas para este tipo de dispositivos, por lo que nuestros clientes pueden estar tranquilos.

Tipos de pararrayos

En PSR Pararrayos tenemos dos tipos de pararrayos (más la punta Franklin).

El más económico de los dos tipos de pararrayos de los que disponemos. Tiene una altura de mástil de seis metros y abarca un radio de acción que (dependiendo de los modelos) llega desde los 40 hasta los 128 metros.

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Hay cuatro niveles en estos tipos de pararrayos, con eficacias de protección desde el 80 hasta el 98%. Los precios también son variables, y puedes consultarlos en el enlace del título del pararrayos.

Presenta las mismas condiciones de seguridad que el del dispositivo de cebado. Como cualquiera de las cosas que hacemos en PSR, tiene la mejor calidad del mercado.

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Tiene también seis metros de altura y abarca desde los 34 hasta los 114 metros de protección.

La punta Franklin está formada por una pieza central, un vástago principal y cuatro laterales. Es una punta que tiene 43 centímetros, está fabricado en bronce-niquel y acero inoxidable.

Estas son las descripciones generales de nuestros tipos de pararrayos. Para saber más especificaciones, puedes ir a la sección de nuestra web o ponerte en contacto con nosotros a través de los diferentes medios que tenemos para ello.

El Legado de Benjamin Franklin

Ninguno de estos tipos de pararrayos hubiera llegado a nuestras vidas sin Benjamin Franklin. Muchos no lo sabrán, pero Franklin, además de ser uno de los llamados ‘padres fundadores’ de los Estados Unidos de América, fue capital para la aparición en nuestras vidas de los pararrayos.

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Franklin (Boston, 1706 – Philadelphia, 1790) cambió el mundo en este sentido en el año 1752.

Durante un día de tormenta, realizó un experimento. Ató una cometa cuya estructura era de metal a un hilo de seda. El hilo llevaba en su extremo una llave metálica.

Cuando hizo volar la cometa sobre la tormenta, pudo observar que la llave se cargaba de electricidad. Con ello, consiguió probar a todo el mundo la existencia en las nubes de electricidad y que los rayos no son otra cosa sino descargas de este elemento de la naturaleza.

Esto llevó a Franklin a conseguir realizar el primero de los tipos de pararrayos en la historia.