Una tormenta eléctrica es peligrosa para las personas y las construcciones por el simple hecho de que el impacto de un rayo podría impactar en ellos provocando daños estructurales, en el caso de los edificios, o incluso la muerte, en el caso de las personas alcanzadas por un rayo. Y es por esta razón que existen los pararrayos, para protegerse frente a ellos. Hay que tener en cuenta que un rayo es una descarga eléctrica estática que, al impactar en la superficie, lo hace con una increíble potencia. Y como hemos apuntado, esta potencia es suficientemente elevada como para provocar la muerte de un humano. Pero no vale solo con instalar un pararrayos, para que funcione, será preciso instalar un pararrayos en la azotea.
Por qué instalar un pararrayos en el punto más alto de un edificio
Los rayos, de forma natural, acostumbran a impactar en los lugares más próximos a su trayectoria, como, por servirnos de un ejemplo, sitios verticales, como arboles altos o bien edificios de varias plantas. Y por ello, las estructuras de gran altura son más propensas a percibir impactos de un rayo.
La primordial función de un pararrayos es impedir que los rayos impacten en edificios, tejados o bien árboles, y para esto procuran dirigir la trayectoria de los rayos hacia ellos mismos. Y esto lo logran por su composición y por su localización.
Un rayo siempre y en toda circunstancia procurará impactar en el sitio más alto que se cruce en su camino, con lo que los pararrayos han de ser instalados estratégicamente en los puntos más altos, que normalmente son las azoteas. Además de esto, la estructura y la manera acabada en punta de los pararrayos asimismo contribuirán en buena medida a que el rayo impacte sobre ellos, ignorando el resto puntos altos de los aledaños.
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